Tomando mates en chancleta |
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Y
así tranquilo en la vereda, con mi banquito de cuerina color té con
leche, el lumilagro emparchado y el mate. Las tardecitas del barrio tiene
ese no se que. Aunque el barrio ya no es lo que era...
Me
acuerdo cuando era pibe, en la casa de la abuela donde vivíamos todos
juntos, una casa
chorizo, de esas con patio. A la hora de la siesta o se dormía o se salía
a la vereda a tomar mate y chusmear con los vecinos, en verano, por que en
invierno hacia frío para las chancletas y había que ponerse medias. Yo
no sé si alguna vez trataron de ponerse medias con las chancletas, es muy
difícil y no queda fino, así que esta deliciosa actividad se reservaba
solamente para el verano y la florida primavera. Los
años fueron pasando pero la costumbre me quedó, solo que ahora tengo
algunos inconvenientes, por que tengo que matear solo, los vecinos no se
prenden. Vaya a saber uno por qué. No,
es cierto, ya no vivo en la casa de los abuelos, y el barrio es otro,
ahora Barrio Norte se llama y la casita la cambié por un dúplex a
estrenar en la torre Le Parc, lo que pasa es que a mi pibe le salieron
bien un par de negocios y un día me dijo: “Viejo, ya no podés seguir viviendo en este lugar, ahora tenemos que irnos a un lugar mejor” Yo pensé que me iba a meter en un geriátrico, pero no, lo único que quería era rajar del barrio por que parece ser, que la guita la hizo estafando a los vecinos con algún chanchullo. Pero
volviendo al tema, nos mudamos acá, a esta torre que es muy linda. Es
como un barrio para arriba. Si bien nos conocemos todos creo que a mis
vecinos nuevos no les caigo bien. Un día escuche que uno le decía a otro
que gente como yo le bajaba el nivel
al lugar. No sé bien que quiso decir, yo por las dudas le grité que
te recontra. Pero bueno, los dos guardias de seguridad, cada vez que
me siento en el hall con el mate, muy amablemente me levantan con banquito
y todo y me depositan en la vereda, en la vereda del edificio de enfrente.
Son muy considerados, así puedo entretenerme mirando el portón eléctrico
de 3 metros de altura abrirse y cerrarse cada vez que llega alguien. Es lo
que yo siempre digo, cada barrio tiene ese no sé que. Y yo la verdad no sé
que es lo que le ven a este. |